La verdad es que a los bebés no hace falta enseñarles a usar el arenero, lo llevan en su ADN.
Durante las primeras semanas no lo usan porque es la mamá la que limpiará los desechos, tras ese tiempo, les pones encima de la arena y ellos mismos escarbarán y harán pis, caca y luego lo taparán.
Lo suyo es situar el arenero lejos del espacio de sus cuencos de agua y comida, en un lugar donde se sienta algo recóndito, donde se sienta seguro en un momento vulnerable para él, que pueda moverse con comodidad, que sea una arena que no tenga olores fuertes y que absorba los excrementos y el pis para facilitar la limpieza.
Se limpiará normalmente una vez al día y se cambiará la arena una vez a la semana… la higiene del arenero será su mejor ambientador.