Kala nos apareció correteando asustada por un garaje, pasando de coche en coche cerca de la media noche, seguramente llegó hasta allí metida en un motor, porque no hay colonias felinas cerca. El aviso nos lo dieron los adoptantes de Mika y Lia, y por la urgencia de que pudiera meterse en un motor y desaparecer de nuevo decidimos ir esa misma noche por ella.
Lo primero que vimos fueron dos faros brillantes debajo de un coche, y tras algunas carreras alrededor nuestra, sin alejarse, pero sin acercarse demasiado, conseguimos que por fin entrara en la jaula.