Hoy es uno de esos días que tienes que compartir una noticia que desearías no dar, una que nos llena de tristeza, que nos pesa en el corazón… nuestro querido Julio ha cruzado el arcoíris.
La historia de Julio en enGatadas comienza cuando el pasado año 2022, al principio del verano, aparece en una de las colonias gestionadas en Chinchilla. Es un gato adulto, mayor, sociable con humanos, sin desnutrición, con el pelaje en buen estado, bellísimo… y que tras indagar por si se trataba de un extravío, no aparece nadie… vamos, un claro abandono.
Le buscamos acogida y, al principio, María Jesús abrió su casa y su corazón para darle refugio y cariño y durante ese tiempo, Julio experimentó el calor de un hogar y el desvelo de una persona dedicada a su bienestar.
Al realizarle el test de enfermedades, Julio dio positivo al virus FeLV (Leucemia Felina), lo que presentaba desafíos adicionales, empezando por nuestro modus operandi respecto a buscarle un hogar sin gatos o si los hay, que también sean positivos. Fue entonces cuando María Victoria, quien haciendo gala de la generosidad que acompaña a estas personas que dan un paso adelante para acoger a gatos con un plus de dificultad, se ofrece para hacerle un hueco en su casa y brindarle el cariño y cuidados necesarios con el respaldo de la asociación.
María Victoria se convirtió en el ángel guardián durante el último año de su vida. Le proporcionó amor, atención y las visitas a la clínica veterinaria tantas veces como lo ha necesitado, asegurándose de que Julio viviera sus días rodeado del mayor bienestar físico y emocional. Ha sido un año lleno de momentos especiales y donde fueron anudando un vínculo inquebrantable.
Desde enGatadas no podemos sino agradecer inmensamente a María Victoria por su dedicación desinteresada y su amor incondicional hacia Julio. Su bondad y empatía han marcado una diferencia profunda en la vida de este gato especial, permitiéndole experimentar el lado gratificante del ser humano cuando se es alguien para alguien… y más teniendo en cuenta que hablamos de un animal que fue abandonado.
Si bien Julio ya no está con nosotros físicamente, su recuerdo permanecerá y allá donde quiera que esté, hará llegar un ronroneo, un maullido cómplice a María Victoria, su mami de acogida.
Gracias, María Victoria, por hacer de este mundo tan gris, crispado e indiferente en ocasiones, un lugar donde también cabe la esperanza de encontrar personas como tú.
Descansa en paz, Julio.