Los gatos ferales son miembros de la especie de felino doméstico (Felis catus), pero no están socializados con los seres humanos y por lo tanto, es importante tener claro que no son adoptables.
Habitan en nuestras calles, también suyas, y su cuidado es nuestra responsabilidad. Son la consecuencia del abandono o la huida de gatos domésticos, que acaban teniendo camadas en la calle, o son gatos descendientes de otros gatos ferales.
Con la gestión ética y responsable de las colonias felinas, lo que necesariamente implica la aplicación del CER (Captura-Esterilización-Retorno), los gatos ferales llevarán vidas saludables y naturales en su propio espacio; su hogar está al aire libre.
Hemos de respetar la idiosincrasia de los gatos ferales, cuidarlos y procurarles bienestar en su entorno.