Homenaje a Llum de su familia enGatadas

Ayer murió Llum, una perrita que marcó un antes y un después en nuestras vidas porque nos hizo atravesar la línea que va del amor a los animales a la implicación, al activismo por su protección y la defensa de sus derechos.

A Llum la llamamos así porque vino a casa muy poco tiempo después de que Liuba, nuestra anterior perrita hubiera fallecido tempranamente,  algo que fue  un duro golpe porque nuestros animales son familia, pero de ese sentimiento, ya sabéis y entendéis perfectamente.

Hay personas que cuando muere un animal de su familia, no vuelven a adoptar o tardan mucho tiempo en volverlo a hacer. Todo es respetable, cada cual tiene su tempo para procesar el dolor pero en nuestro caso, todo ese dolor que nos había producido la pérdida de Liuba, se transformó en la necesidad de dar a otro animal la calidad de vida que ella pudo disfrutar hasta su muerte y que para otros muchos les había sido esquiva, como fue el caso de Llum.

Y así fue como Llum (Luz) apareció en nuestras vidas.

Llum llegó aterrada, muy delgada con una herida en su patita y  piedras introducidas en su oído. Tardó un año en relajarse, en volver a confiar, en dejarse acariciar. Un año en olvidar un pasado lastrado por el abandono y el maltrato.

Cuando lo hizo fue el ser de 4 patas más resobón, más mimosón que hemos tenido.

En cuanto conoció la textura de manos que acariciaban, quiso que todas las que se le acercaban, se enredaran en su pelo. Sus ojos de color miel cobraron brillo y era tal la dulzura que se instaló en su mirada que mucha gente nos decía si era una cachorrita cuando debía tener sobre los 6 años.

No sabía jugar… nunca debió haberlo hecho pero terminó en algunas ocasiones dándose carreras por el pasillo detrás de Colette y Lía, las gatitas y nos hizo el mejor de los regalos… su felicidad que hicimos nuestra.

Hace unos días le detectaron una cardiopatía; el reloj se volvió loco convirtiendo las horas en minutos, sin darnos respiro, tiempo para procesar su marcha, … y ayer su corazón se detuvo y nos dejó en medio de una gran desolación, su lado del sofá con la mantita esperándola, su cuenco con los últimos gránulos que ya no pudo comer y a Lía, la gatita que siempre buscaba su contacto, como desubicada, rara, algo ausente y en nuestros oídos su claqueteo de uñas en el suelo de madera cuando venía a buscarnos…

Hoy Itzi y Lourdes, nuestra más próxima familia enGatada, nos han dejado este vídeo como abrazo virtual en estos tiempos de confinamiento.

Hemos querido compartir con vosotros, el cariño y la amistad que nos han hecho llegar, tocarnos la fibra sensible y reafirmarnos en una de las máximas de nuestra asociación, que estamos aquí por los animales, eso es algo, evidente y no tiene más mérito porque de qué otra forma se puede estar en una asociación que trabaja en su defensa pero a la par de que cuidamos a los animales, también lo hacemos y es importante para enGatadas, cuidar a las personas que aman y cuidan a los animales.

Gracias compañeras, está bien compartir risas pero es muy gratificante compartir amistad y sentir que enGatadas es también “casa”.

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