Adoptado

Mel   y su hermano Totó, fueron abandonados en una de nuestras colonias, donde año tras año la irresponsabilidad, la falta de empatía por estos pequeños seres se dan la mano una vez más para cometer un delito, tipificado en nuestro Código Penal en el artículo 337 bis.  Decimos una vez más porque desde que gestionamos esta colonia año tras año un par de camadas son abandonadas en el mismo sitio, sobre la misma época y con rasgos muy similares…

Poco tiempo pasaron solitos y asustados junto a la tolva, hasta que llegaron a su casa de acogida donde les dieron calor, rica comidita y limpieza, habría que quitarles todas esas pulgas y garrapatas que tenían por sus pequeñitos cuerpos.

Un papi gatuno experimentado se enamoró de la pareja casi antes de ver la luz la publicación de los peques, pues fue publicitarlos y decirnos que ya tenían un hogar donde crecer juntos, desde Córdoba vino a buscarlos y allí hacen ahora esas trastadas y travesuras propias de dos cachorritos juguetones que hacen tener en una sonrisa permanente a ese papi.