Seguimos buscando las camadas de Cleo, Maléfica, Seda, Quimera… durante el confinamiento han nacido muchas y las madres la ponen a resguardo para protegerlas.
A colación de las camadas profundicemos un poco sobre ese tema.
Muchas gatas desafortunadamente no están atendidas, no pertenecen a colonias controladas así que tratan de salir y sacar adelante a su prole sin ningún tipo de ayuda.
Suelen estar flaquitas, desesperadas porque necesitan alimento para a su vez alimentar a sus lactantes así que han de dejarles e ir a buscar comida y es en esa ausencia donde surgen peligros que a veces tienen consecuencias nefastas o negativas.
Nefastas porque los desplazamientos de los animales entrañan riesgos. La calle no es un lugar amable para ellos.
Pueden ser víctimas de accidentes como meter la cabeza en una lata arrojada a una papelera (nunca olvidemos aplastarlas), atropellos, agresiones de gente que detesta a los animales con un fatal desenlace…
Negativas porque en esos intervalos de tiempo, que pueden durar horas, en los que la camada queda a su suerte, muchas veces con la mejor de las intenciones pero con la peor de las consecuencias, hay gente que ve a los gatitos y los coge pensando que están solos y se los lleva o los acaricia durante un rato… son tan achuchables y bonitos los bebés ¿verdad?
¿Qué consecuencias tendría lo de acariciar a los gatos durante la ausencia de la madre?
Tengamos en cuenta que la gata lame a sus peques como forma de identificación y es una forma de reconocerlos. Si se acarician ese olor es el que quedará en su piel y para la madre a su regreso ese bebé será un extraño y lo rechazará, no lo alimentará…
Como regla general y salvo que se viera a los bebés en mal estado, siempre hay que dar un margen de tiempo para que la gata vuelva y también un margen de distancia porque ésta a su regreso si ve que hay humanos cerca, se mantendrá agazapada y alejada.
Antes de llevarse ligeramente a bebés hay que pensar que un cachorro de gato es mucho más difícil de criar que uno de perro. Son más vulnerables. Habría que buscar una gata nodriza (y que ésta acepte al gato) o una persona experimentada en el cuidado de lactantes… en caso contrario, el riesgo de supervivencia es bajo.
Por otra parte si la madre vuelve y le han quitado a sus peques, su desesperación será grande y al detener la lactancia pueden contraer una mastitis que aparte de dolorosa puede ser grave.
No basta con que las intenciones sean buenas para que sean exitosas. Es importante asesorarse, leer, preguntar. Son vidas de lo que hablamos.